Faraway

 
 
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, 
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. 
 
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte 
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
 
-Poema 5, Pablo Neruda.





Fuiste tú y sigues siendo tú, así será siempre y no importa ya más. Aun si tu voz no me hace reír, no existen recuerdos que aún me hagan llorar. 

Sigues siendo tú. 

Un atisbo de nostalgia para volver a sentir, para transportarme al instante en que creí que tú eras para mí y que tal vez podía ser yo quien sí te hiciera feliz. La mujer que conociste de niña y que por ti se puso a escribir cartas ridículas que nadie publica porque no se me da la gana que conozcan la historia completa.

Nunca importó estar lejos porque así se acostumbraba. Nunca creí que tú ibas a consolarme en mis peores momentos porque eres el único que aún me conoce a pesar de la distancia, a pesar de los límites que tú solo impusiste. Al menos puedo decir que también te enamoraste de mí, al menos puedo decir que fuiste no un capítulo sino la espina dorsal de toda mi biografía. 




Eres el único que podía retarme y cagarme y salir con tus frases clásicas (\”no te entiendo, Jéssica\”). Fuiste el único que pronunciaba mi nombre para que yo soñara puras tonterías. 

De vez en cuando pienso en ti así sea para contar los días, así sea para reafirmar mi promesa de no joder tu existencia como tú hiciste con la mía. 

Sé que tú sientes lo mismo así sea sólo en Navidades, siempre lo fui para ti por más que renegaste y por más que huiste, por más que preferiste mirar a otra parte cuando había terceras personas presentes. 

Pero qué tal los meses de noches tan cortas en que yo te enseñé cómo quería que tú y sólo tú me besaras, en que yo te mostré lo que aprendí cada vez que te ibas, cada que me dejabas. 

Ahora soy dueña de mi propia codependencia. Sólo hay dos cosas por las que hubiera vendido mi alma y hace mil años que renuncié a ellas… pero eso no evita que de vez en cuando lamente el haber dejado de ser una necia. 

Sé que si hoy te llamara me contestarías con tu clásico \”¿qué onda?\” para mandar a la goma todo con tal de hablar conmigo durante horas y horas después de años y meses.

Lo que no he de decirte es el total de palabras que dediqué a ti y sólo a ti, lo que no he de confesar es que aún bastan tus viejas canciones para transportarme mágicamente a nuestros años juveniles en que lloraba porque no me querías. 

Tal vez jamás me amaste tanto como yo creí amarte a ti, pero al menos fuiste parte mía porque yo así lo decidí. El que ya no revele mis sentimientos no significa que hayas dejado de ser mi estúpida vida: monótona, vacía, sin más ilusiones ni chiste porque tú te quedaste con mi locura, tú me robaste las ganas de comerme entero el planeta…

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: