Homóplato con h… según la SEP. Sí \”huei\”

Homóplato se escribe omóplato, aunque la SEP publique lo contrario. Errores de sus libros de texto gratuitos.

Homóplato se escribe omóplato según el tumbaburros

Homóplato. Sí, tal cual, con hache: así viene en un libro de texto de la SEP. Me consta. Yo lo vi, y me reí tanto… Solo en México… Se escribe omóplato, y es uno de dos huesos casi planos en la espalda, en donde se encuentran las articulaciones de húmeros y clavículas.
No, NO se escribe con hache. El diccionario de la RAE lo dice claramente. Cualquier diccionario lo dice claramente. Pero la SEP así lo mandó imprimir en un libro de texto gratuito. ?Solo pasa en México?

¡Que a tus hijos NO les pase esto! 
Clases particulares y de regularización, todos los niveles. 
Clases de guitarra, escritura y arte. 
477 2760 634.
Héctor Juárez Lorencilla,
Licenciado en Educación.

 
Aún no nos llega ninguno (¡pásele, paaásele!, ¡tenemos lugares disponibles con los mejores profesores de Matemáticas, Español, Inglés y Computación “al mismo tiempo”!).
Apenas estamos en enero y según tienen muuucho tiempo para salir bien… Pero ya le pregunté a Héctor si los alumnos de regularización comenzarán a llegar después de Semana Santa para hacer el intento de salvar el año.
O si hay que esperar hasta fin de curso por aquello de los exámenes extraordinarios.
Es sorprendente la cantidad de padres que no se dan cuenta de lo mal que van en la escuela sus propios hijos, y que les pagan clases extra cuando ya queda poco (por no decir: nada) que hacer para que no anden arrastrando materias de por vida.
El primer problema que enfrentan los alumnos, desde primaria hasta preparatoria y a veces incluso a nivel licenciatura, es tan básico que nadie lo imagina siquiera: las tablas de multiplicar.
Ya en una columna anterior llamada “Elba Esther y la tabla del… ¿2?”, del día 26 de octubre de 2012 para el Heraldo de León, hablé sobre mi primera experiencia como docente que, por cierto, fue horrible… ¡fue horriiible!
Yo no lo hubiera creído de no haberlo visto con mis propios ojos: un escuincle grandulón, no sé si de primero, segundo o tercero de secundaria; pero semejante monigote se quedó sin salir a recreo básicamente porque nomás no se aprendía la mugrosa tabla del dos por más que la repetía y la repetía…
Eso sí, pregúntenle al señorito cuántas horas diarias se echa de videojuegos, porque les contestará con grandísimo orgullo que mínimo seis.

Lo mismo aplica para las niñas:

Mi vecina de doce años no sabe que vive en un municipio llamado León, que está en el estado de Guanajuato, que está en los Estados Unidos Mexicanos, país que se encuentra en el continente americano, en el planeta Tierra, en el Sistema Solar que está a la orilla de la Vía Láctea…
¡ahhh!, pero, por favor, pregúntenle qué artista anda con quién, o cuál fue el último divorcio de la farándula, en qué se quedó la telenovela.
Mejor aún: pregúntenle qué se siente estarse besuqueando con el chavo de enfrente (como no sabe contar, ni se entera que el pervertido le lleva trece añotes), porque ahí sí bien que distingue que si de piquito o de a lengüita.
\"Homóplato
De hecho, la última alumna que vino es prima de esta vecinita precoz: la chica iba en no sé qué año de secundaria, y no entendía nada de álgebra porque tampoco se sabe las tablas de multiplicar.

¿Será posible?, preguntarán. ¡Pues claro que lo es!, les contesto yo.

Si la niña, señorita u lo que sea no sabe cuánto es dos por dos, mucho menos va a saber qué signo da si multiplicas una cantidad positiva con una negativa, cuánto es equis por ye, o la fórmula de la circunferencia.
Ahora bien: es más que evidente cuál es la raíz de tan babosa situación: si así están los alumnos, ¡cómo ha de estar el profesor!!!
Hace apenas unos meses, José Ángel Córdova Villalobos (el único panista que aún me caía medio bien) hizo alarde de su puesto como Secretario de Educación Pública con la fabulosísima noticia de que no hay bronca si los niños no aprenden nada de nada en sus escuelitas:
“haiga sido como haiga sido”, los alumnos van a poder pasar de año aunque no tengan idea del dos más dos. Según me han dicho, esta nueva ley existe de facto en nuestro querido Guanajuato desde hace ya muchísimos años.

Así es como nos encontramos con tamañas burradas que en serio da penita ajena: Sofía Castro, hija de la Gaviota que hoy vuela sobre la silla presidencial, creyó que el participio del verbo abrir es abrido… ¡ah, qué chamaca tan desabierta, que diga, tan desabrida!

Y miren que hasta Microsoft Word me lo corrige en automático.

Una cosa es que mis alumnos de tercero y cuarto de primaria cometan ese tipo de errores pues están en pleno proceso de aprendizaje; pero que una quinceañerita que ya hasta sale en telenovelas diga esas tonterías, pues… bueno.
Y de los guionistas de melodramas mejor ya ni hablamos: desde el naquísimo “cónyugue”, con sonido de g suave, hasta los clásicos “malos entendidos” o “malosentendidos”… diiigo, tampoco es como que les paguen por educar a los televidentes, ¿cierto?

Más bien que ya confiesen que el Sistema pretende que tus hijos y los míos hablen como el Vítor, el de “Cien mexicanos dijieron” (la pura cultura).

Entre menos sepamos, más manipulables somos. Y entre menos leamos, más tonterías nos tragaremos. Entre menos estudiemos, a peores empleos podremos aspirar.
Hablando de la Secretaría de Educación Pública: ahora que estoy con mis dos alumnos resolviendo los libros gratuitos, he encontrado cantidad de errores que ni yo me la creo.
Basta decir que en pleno libro de Lecturas he encontrado barbaridades como  “acaro” sin acento, “nausea” sin acento…
¿Será que el presupuesto anual del Gobierno del señor Felipe Calderón no alcanzó para contratar a uno o dos correctores ortotipográficos y/o de estilo? (¡yo les cobro bara baraaa!), ¿harán los libros de un día para otro?, ¿nadie revisa que no contengan estupideces de más?

Si no me creen, compruébenlo ustedes mismos: en nuestra página de FB acabo de subir la última burrada que detecté hoy mismo, cortesía del libro de Ciencias Naturales de Tercer Grado de la SEP, Bloque I, página 14: en el esquema del sistema óseo, pusieron un “homóplato” con hache…

¡hellooo!

(eso sí: con su inchi acentito de palabra esdrújula, jaja. ¡No se pasen de veras!) Con razón los miembros del Gabinete Presidencial por lo general presumen de tener estudios en Harvard, Yale, Oxford y demás… porque aquí en México nomás no se da una, me caiii.
Y ni crean que quienes van en escuelas particulares se salvan: aquí trabajamos también con libros de texto no gratuitos (léase: de editoriales dizque especializadas en educación, no les diré cuáles)…
¿“gimnacia” en un libro de Matemáticas?, ¿gimnaCia con c de casa?, ¿es “encerio”, como escriben ciertos tipos que se sienten DJs??? ¡Que alguien me dé un valaso!… ¿valazo?, ¿balasooo?
\"Homóplato

La definición de la inexistente palabra homóplato sería:

Homóplato.- platos iguales
O quién gusta del mismo plato. Homo es igual, y plato pues… Plato.
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