Almas gemelas kármicas

Almas gemelas kármicas

 
En estos días Justin Bieber anda por todas partes, más que de costumbre. Así que aprovecharé la oportunidad para tocar un tema que quedó pendiente desde el año pasado: Las almas gemelas kármicas. Es un tema largo, larguísimo, digamos que puede llegar a durar hasta diez o veinte años… para los que se dejan, claro.
 

¿Qué son las almas gemelas kármicas?

Son relaciones generalmente amorosas que nunca están bien definidas, pues a veces son de amor, otras de amistad, o de pronto uno siente que esa persona no debió ser tu amigo(a) y mucho menos tu novio(a), que ojalá hubiera sido tu hermano(a) o algo por el estilo.
Las almas gemelas kármicas, como su nombre lo indica, son esas personas que conocemos de una o varias vidas pasadas. Se dice que firmas una especie de contrato para encontrarte y seguirte reencontrando con esa persona durante todas las reencarnaciones que tengas, por lo menos aquí en la llamada experiencia humana.
Estas extrañas relaciones tienen la finalidad de dejarnos una enseñanza que es, básicamente, aprender a amarte a ti mismo. Este es uno de los motivos por los que estas relaciones a la larga no funcionan, por más que los interesados se empeñen una y mil veces.
El círculo no se cierra sino hasta que uno de los dos decide no volver a caer con el susodicho, porque mientras siga en tu vida (o tú sigas en la suya) aunque sea como amigo, mejor amigo, confidente, único lazo con tu pasado… Mientras sigan juntos de una u otra forma (aunque físicamente nunca pueden estar juntos y felices para siempre), no se logra la enseñanza que se firmó en el contrato.
Sé que esto suena muy loco e inclusive fumado para la mayoría de la gente que está acostumbrada al pensamiento occidental de que nacimos en polvo y en polvo nos convertiremos, que no existe más vida que esta, que no hay ángeles ni arcángeles ni chakras ni feng-shui ni nada por el estilo… Así que mencionemos algunos ejemplos.
Para los llamados Millennial, el mejor ejemplo de almas gemelas kármicas es, por supuesto, Justin Bieber y Selena Gómez.
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Se conocieron siendo muy jóvenes, prácticamente cada uno fue el primer amor oficial del otro. Anduvieron muy contentos por todas partes siendo “Jelena”, pero algo falló y terminaron. Y al poco tiempo uno buscó al otro, porque (OJO) nunca pudieron olvidarse por completo, y de nuevo anduvieron muy contentos por todas partes hasta que de nuevo algo falló y terminaron.
Y así anduvieron más o menos durante qué será, como unos ocho años, de andar y luego ya no, y se “olvidan” temporalmente y andan con otras personas, pero sucede algo y de nuevo regresan. Y de nuevo rompen. Y regresan. Y así.
La última ocasión que Justin Bieber y Selena Gómez regresaron fue a finales del año pasado, luego de que a Selena (según) le trasplantaron un riñón y Justin se enteró porque la noticia estuvo hasta en la caja de cereal. (Ahí es cuando uno agradece no ser lo que se dice “famoso”, jaja).
Y el hombre va y la busca, tal vez de forma “inocente”, de verdad preocupado porque alguien importante para él pasó por una cirugía mayor. Y de pronto nos enteramos de que Selena Gómez deja a su novio The Weeknd, regresa con Justin, van a terapia de parejas y a servicios religiosos y demás, que la mamá de Selena no traga al chico porque significa problemas, etcétera… Y así, hasta que de pronto de nuevo terminan.
Justin Bieber fue noticia porque se comprometió con Hailey Baldwin, quien es, por así decirlo, el plato de segunda mesa, la chica que lo consuela con más frecuencia cada que Jelena se vuelve a separar. Y Selena Gómez fue noticia también pero como que de rebote, porque todos andan bien preocupados por los sentimientos de la pobre chica, quien al parecer ya expresó su escepticismo de que en serio en serio Justin se case con otra.

Características de las relaciones de almas gemelas kármicas

  • Cuando conoces a la persona, una de dos: o sientes que lo conoces de antes, de toda la vida. O te cae mal, muy mal. O pueden ser ambas: primero te cae muy muy mal, lo tratas, y de pronto sientes que tienes todo en común con él o ella.

  • Por cualquier motivo o persona, nunca pueden estar juntos por completo, al cien, o lo están durante breves periodos.

  • Nunca se olvidan uno del otro.

  • Puede que en persona ni siquiera se hablen, pero a solas se confían lo que sea.

  • Cada vez que lo intentan de nuevo, la relación falla de la peor forma.

  • Pueden alejarse por meses o años, pueden hacer su vida sin problema y casarse y tener hijos con otros, pero en algún momento de debilidad uno busca al otro.

  • Cuando están juntos uno de los dos hace todo lo posible para huir, aunque después se arrepienta y ruegue regresar.

  • La gente alrededor les sugiere no estar juntos ya que es un caso de obsesión sin remedio.

  • Si eres de los que conserva amistades de años, él o ella es el único(a) a quien no quieres ver ni en pintura. Caso contrario: si eres de los que se aleja por completo de cualquier persona de su pasado, él o ella es el único que ha sido una presencia intermitente pero constante a lo largo de años e incluso décadas.

  • La mejor definición hasta ahora me la dio una de mis consultantes de lectura de Tarot (agenda tu cita aquí o en mi página de Facebook, Tarot Adivinatorio y Terapéutico): Con esa persona vives una vida entera en cuestión de meses.

Dawson’s Creek

Para la gente de mi generación, los llamados Generación Equis y/o Xennial (mitad Equis, mitad Millennial, de 1977 a 1983 o algo así, niñez analógica y juventud digital), el ejemplo clásico es más de ficción: Dawson Leery (James Van Der Beek) y Joey Potter (Katie Holmes), de la serie Dawson’s Creek. Quien la haya visto sabrá por qué, y quien no pues para qué se la cuento…
Digamos que, básicamente, uno está perdidamente enamorado(a) de su mejor amigo(a), quien o no se entera o de plano lo(a) “friendzonea”, pero luego se arrepiente y andan un rato; aunque el que primero estaba enamorado como que ya no lo está tanto, y luego se arrepiente. Y total que todos terminan arrepintiéndose hasta de haber nacido (¡bah!).

¿Qué hacer si tienes una relación de almas gemelas kármicas?

Todos o casi todos hemos tenido al menos una relación así en la vida. No importa cuántos amigos, amantes, novios, prometidos, esposos, frees y demás hayas tenido en el transcurso de los años: siempre habrá una persona, UNA, sí, esa mera, justa la que estás pensando mientras lees este texto…
Siempre habrá una por la que sí habrías abandonado todo, por la que te habrías reinventado por completo, por la que habrías hecho lo imposible y también lo impensable, etcétera, etcétera, etcétera. Es importante remarcar que NO IMPORTA LO QUE HAGAS O DEJES DE HACER, LA RELACIÓN SIEMPRE FALLARÁ Y GENERALMENTE TERMINARÁ DE LA PEOR MANERA.
De la misma forma, no importa cuántas veces se reencuentren e intenten volver a ser nada más que buenos o mejores amigos: siempre habrá una barrera invisible y llegará el momento en que alguno de los dos deje de contestar definitivamente (“definitivamente” por un par de meses o años) el teléfono, los correos, los mensajes de texto, los tuits. Así, sin más, sin mayor explicación, y casi siempre justo cuando más necesitas de él o de ella.

¿Qué es lo que se debe aprender de una relación de almas gemelas kármicas?

  • Te tienes a ti. Antes de amar a terceras personas, antes de un amor de pareja, debes amarte primero a ti. No necesitas de nadie, DE NADIE, ni siquiera de él o de ella para estar bien, para tener en orden y bajo control tus pensamientos y emociones.

  • Tu bienestar depende de ti, no de que equis persona por fin se decida, por fin te mire, por fin te ame.

  • Los momentos difíciles, inclusive los peores momentos que puedas recordar, son para afrontarlos y así crecer como persona. Mientras ese otro ser humano esté ahí consolando tus lágrimas, nunca jamás terminarás de madurar, porque siempre dependerás de él o ella, y ahí es cuando el amor se convierte en codependencia.

¿Cómo finalizar para siempre ese ciclo sin fin?

  • Toma conciencia de que no tiene caso perpetuar el amor o la supuesta amistad. En algún momento dejarán de estar en contacto, y te dolerá igual que la primera vez.

  • Puedes vivir sin esa otra persona, así como ella ha podido vivir sin ti.

  • No existe eso de “cerrar círculos”, esto es, buscar a la persona para decirle lo importante que fue en tu vida y agradecerle, pero que llegó la hora de decirle adiós y bla bla bla. Eso solo echa fuego a la hoguera y da pie para que la relación siga indefinidamente.

  • Hay heridas que jamás cierran, pero depende solo de ti el sanar o el quedarte estancado(a). Puedes ir con el Brujo Mayor de Catemaco, o con quien sea, para que te haga un alejamiento o intente sacar a alguien de tu mente, pero tus pensamientos dependen exclusivamente de ti. Y mientras quieras estar con un “amarre” invisible hacia otra persona, ahí seguirás por los siglos de los siglos, suspirando en silencio y de vez en cuando cada que te acuerdes de ella o de él.

  • Lo mejor es romper, tirar, quemar, o por lo menos esconder en una bolsa negra cualquier cosa que te lo(a) recuerde: fotos, libros, discos, peluches, diarios, ropa que te regaló, la pulsera que te hizo y que nunca te quitas, etcétera. Y cuando por fin aceptas que la otra persona tiene todo el derecho a ser realmente feliz para siempre con alguien más, es cuando de pronto, mágica y misteriosamente, llega el amor de tu vida así, sin mayor aviso y sin siquiera buscarlo.

Porque el amor de verdad no se busca, simplemente aparece, y no se piensa ni se racioanaliza, solo se vive y se siente como lo que es: esa persona con la que quieres estar hasta que la muerte los separe, esa por la que quieres crecer y convertirte en la mejor versión posible de ti.
¡Y claro que existe el amor verdadero! Si no lo creen, pregúntenme…

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