La madre de todas las chambas

\"Héctor



La Niña TodoMePasa dice:

Talcoaventuras de una madre primeriza…

Por cierto: ¿Ya fueron a ver Jurassic World???

Igual y debiera renombrar esta columna \”la Madre TodoMePasa\” o \”la Mami de la Bebé a la que TodoLePasa\” (todo lo bueno, por supuesto), por aquello de que ahora tengo una nena en los brazos.

Sí: ahorita, justo en este preciso momento en que redacto estas líneas, ahoritita mismo estoy cargando cinco kilos de bebé (cinco kilos con trescientos gramos). Si acaso se preguntan cómo cuernos le hago para escribir mientras le doy de comer a mi niña, les diré que técnicamente no estoy escribiendo sino que utilizo el programita de reconocimiento de voz de mi amada compu. Claro que me tardo como mil-8mil veces más que si tecleara de a dedito con una sola mano, porque al parecer esta máquina opina que tengo una pésima dicción y hay que estar corrige y corrige casi cada palabra. ¡Buuu! Pero pues tenía ganas de escribir (o de dictar, puesn), y dicen que hay que ingeniárselas, ¿cierto?

Mi pequeña hija Aranza está por cumplir tres meses de edad. ¡Pero qué rápido! Para usar una frase megatrillada: parece que apenas fue ayer cuando compré en la farmacia una prueba de embarazo de fabulosos treinta y dos pesos con veinticinco centavos (sí: guardo el recibo en la cartera. Soy una cursi, ¿y?). Las primeras seis semanas fueron, pfff, ya les platicaré después cómo fueron, porque hoy les quiero contar que hace ya cuarenta y nueve días, o mejor dicho, hace ya tres quincenas y media (ven que la vida se mide en quincenas, ¿no? Cuando se es joven y guapo, la vida se mide en fiestas… ¡Ahora la mido en onzas de mamila y cucharitas de leche de fórmula!) que me reincorporé a la vida laboral. Tengo la ventaja de que me gusta mi chamba; pero eso no quita que sea harto doloroso llevar a mi bebé con la amiga que la cuida mientras papá y yo ganamos el pan. Procuro despedirme con una sonrisa porque mi nena está bien atendida, pero fue inevitable que el primer día llorara a moco tendido, tipo: ¡Adiós, bebé! (¡buah!) ¡Te prometo pasar por ti dentro de nueve horas! Y una sufre y sufre mientras la nena ni se entera de que te fuiste y ya hasta regresaste por ella.

Lo más difícil de dejar a Aranza con su niñera son las horas previas, léase: desde que me levanta a gritos cada madrugada, hasta que la entrego y agarro mis chivas para tomar mi camión. ¡Todo el santo día me trae corriendo la condenada! (Si me trae todo el día corriendo, ¿por qué demonios no adelgazo nada? ¡Que alguien me explique!)

Lo bueno es que ya nos tenemos bien pero bieeen mediditas: yo ya sé perfectamente que en cuanto ella se duerma puedo darme un rico baño. ¡Y ella ya sabe que en cuanto mami sale de la regadera es el momento ideal para empezar a chillar! (¡oootra vez!) Si mi esposo Héctor estuviera en casa a esta hora, seguramente no le extrañaría ni tantito el verme bajar las escaleras a brincos, cargando mi uniforme nuevo en una mano, pa\’ vestirme en cuanto doña Aranza me dé tantito chance, y la enorme pañalera y una mamila usada con la otra.

…por cierto: ¿y la pañalera??? ¡Creo que la dejé arriba, caray! Antes de salir corriendo de ésta su casa (insisto: si me la paso corriendo, ¿cómo es que ya no he bajado ni un octavo de kilo?) debo revisar que la pequeñísima bolsa tenga adentro seis tomas de esencia de vaca disecada y modificada, agua purificada y hervida, un babero, toallitas húmedas, pomada contra rozaduras, cinco pañales, no no, mejor ocho pañales, ¡tampoco!, por si acaso tres pañales más; al menos una mamila esterilizada, cientos de calcetines (¿se quejan de que sieeempre siempre pierden una calceta de cada par?, entonces les presumo que yo pierdo el par completo de estas microcalcetitas tamaño Bubble Gummers que a duras penas me cubren un dedo), etcétera y más etcétera.

Y antes de cerrar la puerta de mi hogar y echar los ochenta cerrojos que nos resguardan de los babosos ladrones -y de uno que otro vecino mañoso-, debo revisar oootra vez que esté completo el pañalero. ¿Qué más da que a mamá se le olvide su fabuloso lunch con tal de que a mi hija no le falte nada? ¿Quién dijo que cuidar niños es sencillo? Si fuera taaan fácil tener hijos NO se llamaría \”labor de parto\” sino, no sé, \”vacaciones de parto\” o algo por el estilo, ¿no creen? Porque, sí: hablando de trabajos, dar a luz me costó un chorro. ¡Pero ya les contaré! ¡A\’i se ven!

Twitter: @todomepasa

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