Entre amigos te veas (i)

Entre amigos te veas. Jéssica de la Portilla Montaño de Juárez

ENTRE AMIGOS TE VEAS (i)

Publicado en El Heraldo de León el martes 16 de abril de 2013.
 
La Niña TodoMePasa dice:
Pues ya pasó el mes del amor y de la amistad. En marzo debimos platicar de temas interesantísimos como la primavera y sus respectivos burros. Diiigo, si es que saben a qué me estoy refiriendo, y yo sé que sí lo saben. Pero con tanta cosa que se cruza en el camino, luego preguntan que por qué una anda de “desviada”.

Ya discutimos sobre el amor y el cómo tu primer novio te dejó más plantada que Peña Nieto a Elba Esther, y para colmo en pleno San Valentín. Como si fueras un Charlie Brown cualquiera, nomás te falta el perrito loco que se sienta todo un as de la aviación de la Primera Guerra Mundial (“¡Toma, Barón Rojo!, ¡toma!”).

No hemos abarcado un tema sumamente importante: la amistad.

Ah, ¡los amigos! Dicen que los verdaderos se cuentan con los dedos de una mano. Entonces, ¿por qué Facebook te deja tener hasta cinco mil?

Los “cuates” suelen clasificarse según el lugar donde los conozcas. Así tendríamos en primer lugar a los amigos de la escuela y a los de la chamba. O sea, la gente con que convives a huehueee de lunes a viernes. Y, si te quedan ganas, pues ya los invitarás a tus reuniones (briagas) de fin de semana.
O de plano pueden aplicar la de meter unas chelas de contrabando a su santo lugar de trabajo. Como me contó el primo de un conocido del ahijado de mi tía la más sabia. ¡Mentira!, me lo confesó un ex colega de Servicio Rapaz Mexicano, cuyo nombre no diré pero que hace poquito vino a León a darse una vuelta:
Como trabajaba en la gerencia de Redes, y a cada rato les tocaba salir a echar cableado, aprovechaban sus ratitos en la oficina para sacar las caguamas escondidas bajo el piso de plafón. Al fin la habitación con los servidores de Chakamex era peor que frigorífico de carnicería.

Yo nomás le reclamé: ¿Y por qué nunca me invitaste a echar relajo con ustedes???

Luego están los amigos del vecindario.

Esa bandita con la que, si eres joven, te vas por las tardes a dar el rol. O andar en bici o ligar o a fumar a escondidas o lo que sea que hagas por las tardes.

Si ya estás madurito: son esos pelafustanes vaguitos pañalientos de enfrente que se la pasan en la calle, riéndose como si la vida en serio fuera tan divertida.
Que cantan con toda la juerza de sus pulmones, como si uno consiguiera chamba fija y seguro médico por berrear a lo idiota. Que hacen fiestas cada fin de semana cuando tú nomás quieres que ya se callen porque diario te acuestas a las diez y media de la noche.
¡Si “en tus tiempos” la juventud no estaba taaan descarriada, por Dios! ¡Ni siquiera existían los embarazos en adolescentes! ¡Imposible que un imberbe y descerebrado Justin Bieber jure que Ana Frank sería una “belieber” si no hubiese muerto de tifus en el campo de concentración de Auschwitz!

También tendríamos a los amigos de antro.

Bar, rave, toquín, bailongo de pueblo y cualquier otra variante que se te ocurra, porque obviamente uno nooo invita a sus amigos ravers al ballet de El lago de los cisnes. Y yo sé que tampoco llevarías a un rave a las niñas que te ayudan a dar clases de Catecismo porque capaz que te excomulgan. Y capaz que se pierden en el relajo y terminan trabajando con la Daiana Guzmán.
(¡Qué!, si dicen que todo trabajo es digno, aunque lo consigas por tu fama de cometer perjurio en cadena nacional).

Y finalmente entran los ciberamigos.

Esos contactos del ahora muerto y olvidado Messenger a los que tal vez nunca conociste en persona. Pero que terminaron sabiendo la historia completa de tu vida porque desde escuincla has sido bien pero bien discretota.

Esta clasificación de los amigos según su origen me parece exageradamente simplista.

Yo opino que los amigos son como las tarjetas Hallmark…

¿…como las tarjetas Hallmark?, ¡claro! Porque, al igual que las tarjetas Hallmark, existe un amigo para cada ocasión. Ah, ¿verdad?

Miren si no:

Primero que nada, tenemos a los llamados cuates de calendario:

Esos que sólo te hablan en fechas especiales como día de muertos (por qué será, por qué será). Año nuevo y, claro, cada piii catorce de febrero. De flojera, ¿no creen? Por no usar la palabra con hache que tiene que ver con los hábitos reproductores de peces y ciertos anfibios.

Aquí tenemos a ese clásico amigo de la primaria que te habla cada 25 de diciembre sin falta, aunque el resto del año no se preocupe por saber si sigues viva o no.

También está ese tipo al que tú le marcas cada que es su cumpleaños (luego de darle un nombre falso a su queridísima madre). No porque en serio en serio te siga importando el fulano en cuestión, sino para que se acuerde de que tú sí te acordaste de él… Y para ver si ahora sí le remuerde un poquiiito la conciencia porque él ni siquiera sabe qué día naciste.

Luego tenemos a los amigos ñoños o a los amigos matados.

Aquellos a los que les hablas solamente cuando necesitas saber qué hay de tarea, o cuando te falta un apunte o cuando tienes gran urgencia por fusilarte cualquier cosa.

Y si te preguntabas por qué los matados parecieran ser taaan populares pues, bueno: ahora conoces el motivo real.

–Oye, oye Jess…

Se acerca a tu banca la Michelle, ésa que ya ni te habla porque ahora es la gran amiga de la Marimar y de la Felina. A ver si no resulta la tercera o más bien la cuarta en discordia. Porque Marimar y Karla Lorena Galindo Arreola (la Felina) terminaron su amistad de más de diez años por culpa de tu fabuloso ex:
Se paseó con una, luego con la otra, con las dos al mismo tiempo…

–Es que, es que no entiendo el binomio al cuadrado, güueee… ¿Me lo explicas?, ¡porfa! ¡Ándale, sí!, ¿sí?, ¡ándaleee! ¡Vales mil, nunca cambies! ¡Jessy! ¡Explícame porfaaa!, ¡por nuestra gran amistad!, ¡te juro que me caes mejor que esas zorrillas!

¡Uy! ¡Matemáticas! ¡Sí! Hasta te emocionas porque te encanta el Álgebra y tu sueño frustrado era ser profesora de primaria. No por tu gran vocación de enseñanza ni mucho menos. Sino porque tooodos soñamos con tener alumnos para dejarles un chiii de tarea los viernes y hacerles examen sorpresa los lunes, ñaka ñaka…

¡…y algunos de nosotros sí logramos alcanzar nuestros sueños, por más mafufos que hayan sido los guiones!
 
Si desean saber la continuación pues nos vemos el viernes, y mientras tanto vayan a mi blog a ver fotos del Festival de Perros Encantados.

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